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jueves, 25 de agosto de 2011

PÁGINA 163



"Lo vio tratando de respirar agua, con la tráquea cerrándose en espasmos para proteger el suave tejido de los pulmones. Con la tráquea cerrada habría sido incapaz de respirar. Y cuanto más tiempo pasara sin respirar, más débil estaría. Empezaría a tragar agua y aire. El agua y el aire se revolverían hasta formar espuma y todo el truculento proceso adquiriría un impulso imparable. La espuma le haría dar arcadas (los detalles habían quedado grabados con viveza en su memoria). Vomitaría. El vómito le llenaría la boca y en ese jadeo terminal en que la falta de oxígeno en el flujo sanguíneo relajaría por fin el espasmo en la tráquea, no le quedaría otra opción que tragárselo todo, agua, aire, espuma, vómito: el lote completo."

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